Te levantas por la mañana y nada más desayunar, en el trono de inmediato te tienes que sentar. Cuando llevas ya un rato y has perdido tu olfato, has echado a perder las patatas de ayer.
Te levantas por la mañana y nada más desayunar, en el trono de inmediato te tienes que sentar. Cuando llevas ya un rato y has perdido tu olfato, has echado a perder las patatas de ayer.
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